La importancia de una alimentación equilibrada está directamente ligada a la buena salud sexual en la mujer.
Las vitaminas son micronutrientes que necesitamos incorporar con la dieta dado que a excepción de unas pocas, no sintetizamos o lo hacemos en cantidades insuficientes.
Las vitaminas son 13 y cada una ejerce una función única e insustituible y sus carencias, aunque pequeñas, son desequilibrantes y pueden hacernos enfermar.
Del total de 13 vitaminas, 9 se disuelven en agua es decir que como no podemos almacenarlas necesitamos consumirlas diariamente. Además son inestables, por ejemplo ante el calor de la cocción. Las vitaminas solubles son las del complejo B y la vitamina C.
Las vitaminas del complejo B, son muchas y tienen diversas funciones como cognitivas, inmunitarias, activación de las hormonas sexuales, prevención de las anemias y de las malformaciones del tubo neural como lo son la espina bífida, mielomeningocele y la tercera parte de las fisuras de paladar.
Las 4 vitaminas restantes son liposolubles y se almacenan en el cuerpo, con lo cual no necesariamente debemos comer a diario. Ellas son la Vitamina A, D, E y K.
Cómo trabajan las vitaminas liposolubles
La vitamina A participa en la síntesis de hormonas sexuales y su déficit altera la producción de espermatozoides. También asegura la suavidad e hidratación de la piel -las cremas de hecho, tienen mucha vitamina A-; favorece el crecimiento; interviene en el desarrollo de los huesos; y nos asegura una buena visión.
La vitamina D participa en la mineralización ósea, absorbiendo el calcio, el magnesio y el fósforo óptimos para la salud de los dientes y los huesos. A cada edad, existe un requerimiento específico de esta vitamina.
La vitamina E es un súper antioxidante, retrasa el envejecimiento celular porque mantiene estructuras elementales y previene oxidaciones. Además tiene acción cicatrizante y mantiene la fertilidad.
La vitamina K, se la llama antihemorrágica y trabaja en la formación de proteínas óseas y fijadoras de calcio.
La vitamina C activa la síntesis de colágeno por lo que ayuda a curar las heridas e interviene en la formación de cartílagos, huesos y dientes. Es un súper-antioxidante, aumenta las defensas y desintoxica al hígado. Además, facilita la absorción de hierro.
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