La medicina antiaging planta sus bases en los hábitos que aseguran una longevidad saludable.
Envejecer lo haremos todos y la vejez no es una enfermedad, aun cuando un cierto número de ancianos desarrolle discapacidades por causa de procesos crónicos originados por el envejecimiento.
Muchas de las enfermedades que se asocian con la vejez son enfermedades crónicas las que se adquieren aproximadamente a los 30 años, como es el caso de la artritis, diabetes, enfermedades cardíacas, reumatismo, lesiones ortopédicas, alteraciones mentales y nerviosas. Por lo tanto, el envejecimiento en sí mismo no es una enfermedad y la mayor parte de las personas ancianas gozan de buena salud, aunque no se puede negar que está acompañado de cambios físicos y que incrementa la posibilidad de desarrollar enfermedades crónicas, porque el equilibrio orgánico es más frágil.
El objetivo es vivir mejor cada día, no como una proyección lineal, sino como una experiencia saludable
Punto 1, la dieta
Se sabe que la única causa demostrada que aumenta la esperanza de vida es la restricción calórica; hay que procurar comer con moderación sobre todo. La dieta importante es la mediterránea, con mucha fruta verdura, con menos carne de lo habitual, y evitando el alcohol de alta graduación.
Punto 2, el ejercicio
La actividad física tiene que ser moderada, no se trata de dos horas de ejercicio físico al día, porque en exceso también oxida. Con hacer media hora o 45 minutos al día de deporte sería suficiente. Este ejercicio irá en función de la edad y de cada paciente. Hay quien podrá hacerlo más fuerte y otras personas que por su condición tendrán que conformarse con caminar 30 minutos diarios.
Punto 3, el estrés
El estrés pasa factura sobre nuestra salud. Hará que aumenten las hormonas 'malas' como el cortisol o la secreción de insulina, una serie de descargas hormonales que sólo aumentarán el proceso de envejecimiento.
Punto 4, el descanso
El sueño es una parte muy importante, donde el organismo "se resetea". Se tiene que descansar en absoluta oscuridad, porque si no la melatonina no se segrega y entonces el sueño no es tan reparador como debería. Otro problema que surge en estas situaciones es que hormonas como la serotonina o la dopamina, por ejemplo, no se segregan bien si no hay sueño reparador. Evitar también una hora antes de acostarnos el uso de pantallas, sobre todo pantallas azules.
Punto 5, hormonas
A medida que envejecemos declinan las 'hormonas buenas' (hormona crecimiento, testosterona, progesterona y estrógenos, vitales para conservarnos en buenas condiciones), y aumentan las que no son tan buenas, como el cortisol o la insulina. El proceso es progresivo, sin embargo, cuando caemos en cuenta estamos transitando el envejecimiento.
Cuando empezamos?
Técnicamente a los 30 años. Allí es donde comienzan todos los procesos metabólicos, endócrinos y fisiológicos a declinar.
Si o sí a los 40 años, no mas allá de esa edad para tener una longevidad saludable.
Si hilamos más fino, el embarazo es un momento crítico y luego la nutrición pediátrica a nuestros hijos.
Los hábitos se hacen, elegir que comer, cuánto dormir, cómo vivir es una construcción diaria cuya recompensa es a largo plazo, sus resultados no podemos predecirlos, sin embargo sabemos que la nutrición celular tendrá repercusión. La genética hará su trabajo, y nosotros el resto.
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